Los ladrones entran con armamento pesado, listos para todo, principalmente en casas que no tienen sistema de vigilancia y protección, donde viven personas mayores o se encuentran en el primer piso de edificios residenciales, por su acceso más fácil.
Según estadísticas facilitadas por la policía griega, en 2012 se registraron en todo Grecia, 1.191 robos en viviendas con gente dentro, mientras que hubo 912 robos con gente dentro en 2011 y 432 en 2010. En la Prefectura de Ática el problema es más agudo, ya que se registraron un total de 14,384 robos en casas, con gente dentro o fuera.
Lo que es preocupante para la policía griega es que ha cambiado drásticamente el crimen por regla general y el perfil de los ladrones en tiempos de crisis. Ya los criminales no llevan armas pesadas, incluyendo fusiles de asalto tipo Kalasnikov y no dudan en quitar vidas si no encuentran el botín que esperaban.
El mismísimo ministro de protección ciudadana, D. Nikos Dendias, en una entrevista reciente ha comentado que el país está lleno de kalasnikovs, queriendo demostrar el grave problema del mercado negro de armas en Grecia y sobre el fácil acceso de criminales a armas pesadas que causan “dolor de cabeza” al ministerio de interior.
“El país tiene unas fronteras sin fin, debo comentarles que las costas griegas tienen el mismo perímetro que las costas de todo el continente africano. También tenemos fronteras en sierras de montaña que no se vigilan. Así, la cuestión no es cómo entran las armas en Grecia, o como nos invaden los inmigrantes ilegales. Lo primordial es como estas armas se utilizan y como han modificado las condiciones de seguridad ciudadana en Grecia. La policía griega se enfrenta a un desafío que no hay segundo en la historia de la sociedad griega y tal vez, un desafío que no hay otro en ningún otro país europeo hoy.”